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La chova piquirroja es una de aves más características de la ciudad de Segovia. Estos simpáticos córvidos anidan en nuestra ciudad en los campanarios, mechinales, agujeros y respiraderos de iglesias, edificios y la muralla. Su presencia en la ciudad se hace patente gracias a su potente voz (kiáaaa) y a sus acrobáticos descensos en picado y piruetas, que simulan descensos por toboganes. Durante el invierno se juntan en dormideros comunales para pasar la noche. La actividad consistirá en conocer este comportamiento invernal, observando un dormidero situado en la torre de una de las iglesias de nuestra ciudad.
El emplazamiento de la ciudad de Segovia, a caballo entre el piedemonte de la sierra de Guadarrama y la cuenca sedimentaria del Duero, así como los ríos y arroyos que discurren por sus proximidades, ha generado una enorme variedad de formas de relieve. En cada una de ellas subyace un tipo de rocas característico y una evolución geomorfológica de los últimos millones de años, en que los ríos, torrentes, el viento y los movimientos de ladera, han ido esculpiendo las rocas para formar estos relieves. En esta ruta descubriremos cómo se han formado los valles del Eresma y del Clamores para dar como resultado el paisaje sobre el que se asentó la ciudad de Segovia, a su vez sustento y condicionante de la flora, la fauna y la propia historia humana de la ciudad.
Visitaremos los afloramientos de ‘granitoides’ del barrio de San Lorenzo y descubriremos, mediante juegos, que no todos pueden llamarse ‘granitos’. Además se observarán las formas propias de estas rocas, y aquellas que han sido labradas por los ríos Eresma y Ciguiñuela.